Según la CAME, las ventas minoristas bajaron 2% interanual y 5,7% respecto de junio. El gasto se concentró en productos básicos y de bajo monto, en medio del endeudamiento de los hogares y el desplome del poder adquisitivo.
El derrumbe del consumo no da tregua. En julio, las ventas minoristas en comercios de todo el país retrocedieron 2% interanual a precios constantes y se desplomaron 5,7% frente a junio, de acuerdo con el Índice de Ventas Minoristas de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Fue el cuarto mes consecutivo en rojo, con bajas en todos los rubros respecto del mes anterior.
En el acumulado de los primeros siete meses del año, todavía se observa una mejora del 7,6% frente al mismo período de 2024, pero la tendencia muestra un freno evidente desde abril.
Por rubros, solo tres de los siete relevados lograron crecer en comparación con julio del año pasado: perfumería (+1,8%), farmacia (+0,9%) y alimentos y bebidas (+0,4%). El resto mostró retrocesos, encabezados por bazar, decoración, textiles para el hogar y muebles (-6,7%), seguido por textil e indumentaria (-5,1%), calzado y marroquinería (-2,5%) y ferretería y materiales para la construcción (-1,9%).
Para CAME, el consumo estuvo condicionado por “el endeudamiento de los hogares, el uso restringido del crédito y el aumento de los costos operativos”. Ante este escenario, los comercios apelaron a promociones, cuotas sin interés, descuentos y venta online para intentar sostener la actividad.
Las compras se concentraron en artículos de primera necesidad y montos bajos, con una fuerte planificación del gasto familiar. En alimentos y bebidas, la entidad destacó que el clima frío favoreció productos de estación y que las vacaciones de invierno generaron un doble efecto: más consumo en el hogar, pero menos movimiento en zonas comerciales.